Terapias a tres niveles
La homeopatía trabaja sobre tres aspectos concretos: la substancia que produce la alergia, los síntomas que desencadena y lo que se denomina «terreno de cada persona» que es la sensibilidad propia del individuo frente a los agentes que producen la alergia.
Aquellas substancias que provocan una reacción alérgica en una persona pueden servir también para curarla. Por ejemplo, a partir del polen se obtiene el medicamento homeopático Pollens 30CH, que servirá para iniciar un proceso de desensibilización frente al propio polen, causante de los síntomas.
Un mismo cuadro alérgico puede manifestarse de maneras muy distintas en función del paciente. Por ejemplo, no todos los pacientes experimentan la rinitis alérgica con síntomas como los estornudos, el lagrimeo o el picor de ojos. Estos distintos síntomas servirán al homeópata para elaborar un tratamiento específico.
¿Cómo es el enfermo?, ¿cuáles son sus antecedentes familiares?… preguntas de este tipo sirven al especialista para elaborar un retrato preciso del paciente y crear un tratamiento a medida.
A partir de estos tres elementos (causa, síntomas y paciente) el homeópata para podrá crear una terapia personalizada que cumpla tres funciones: disminuir o eliminar la sensibilidad del paciente frente a los factores que provocan la alergia, disminuir o hacer desparecer los síntomas y trabajar a fondo sobre las circunstancias personales que propician los brotes alérgicos.