El confinamiento total supuso un cambio brusco en las rutinas que aportan estabilidad a las personas con alzhéimer, que de un día para otro no pudieron salir a pasear, acudir a los centros de día o recibir visitas de familiares. Todo ello pudo generar, tanto en los cuidadores, como en las propias personas con alzhéimer, incertidumbre, miedo, desconcierto o ansiedad. Sentimientos que ahora pueden volver a manifestarse ante la llegada de la nueva normalidad.
Según la Dra. Nina Gramunt, neuropsicóloga y directora del Área Social y de Divulgación de la Fundación Pasqual Maragall, “el desconfinamiento cuenta con una serie de normas y restricciones que pueden resultar particularmente complejas de comprender o cumplir para las personas con alzhéimer. Hay que ayudarlas a adaptarse progresivamente a la nueva situación y tratar de recuperar poco a poco la normalidad, velando siempre por su seguridad”.
En línea con las recomendaciones de las autoridades competentes, la Fundación Pasqual Maragall expone en su blog “Hablemos del Alzhéimer” una serie de consejos prácticos de cara al desconfinamiento:
1. Acostumbrarse a la mascarilla. Llevar la nariz y la boca cubiertas suele resultar incómodo para las personas con alzhéimer, y es frecuente que quieran quitársela. Para que se habitúen a llevarla y a verla en otros, tanto la persona afectada como su familiar cuidador pueden ponérsela en casa, procurando hablar y hacer cosas con normalidad mientras la llevan puesta.
Del mismo modo que cuando se decretó el estado de alarma, el desconfinamiento puede despertar temores, incertidumbre o ansiedad ante la posibilidad de salir a la calle, tanto a la persona con alzhéimer, como a su familiar cuidador. Puede aflorar el miedo al contagio o a no ser capaces de cumplir con las restricciones.
Tal y como explica la Dra. Nina Gramunt, “a veces, la reacción es procurar evitar salir a la calle. Sin embargo, esta conducta incrementará los pensamientos negativos y el miedo, alimentando la creencia de que algo malo sucederá. Es necesario exponerse poco a poco a la situación que nos produce miedo o angustia para comprobar que nuestros temores no se cumplen. Podemos hacerlo gradualmente, con salidas breves y retomando ciertas actividades, y así, poco a poco, la ansiedad irá disminuyendo y las salidas se irán normalizando de nuevo”.
Todos estos consejos pueden consultarse en este enlace del blog de la Fundación Pasqual Maragall
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