CleceVitam Ponent ha publicado la revista “Jugando entre recuerdos” con el objetivo de ensalzar los recuerdos y la memoria , así como destacar los juegos tradicionales que promueven la comunidad, la colaboración y la convivencia. Una revista que reúnen algunos de los juegos de la infancia de los residentes, con el objetivo de compartirlos con las generaciones más jóvenes. Para llevar a cabo la presentación de la revista y conmemorando el Día Universal de los Derechos de los Niños, el centro residencial organizó una actividad intergeneracional con estudiantes de la Escuela Montessori.
Un grupo de una quincena de alumnos, junto a sus docentes, realizó una visita a las instalaciones de CleceVitam Ponent para conocer directamente las historias de los diez residentes que compartieron los recuerdos más significativos de su niñez en este referente, junto con los de los demás usuarios. A lo largo de la jornada, tanto niños como adultos se divirtieron jugando a tradicionales como el parchís, las cartas y las peonzas.
El legado emocional de los habitantes incluye numerosos juegos, una parte esencial de sus vivencias y, al mismo tiempo, una fuente valiosa de historia y conocimiento de los mayores. Por esta razón, la elaboración de la revista se ha presentado como una ocasión propicia para rendirles homenaje, recuperar memorias, estimular su recuerdo y compartir experiencias. Así lo indica Clara Vergés, trabajadora social de CleceVitam Ponent: Más allá de una recopilación de juegos, esta revista es un puente entre generaciones. Los residentes han podido compartir un trocito de su infancia y experiencias con los más pequeños. Es muy emocionante ver cómo, a través del juego, se pueden crear vínculos tan profundos”.
Asimismo, Vergés resalta que esta publicación colabora en la lucha contra la soledad no deseada, fomenta el bienestar y el envejecimiento activo de los habitantes, permitiéndoles sentirse protagonistas y elevando su autoestima al ofrecer sus vivencias y saberes en beneficio de la comunidad.
Además, la publicación ha sido una forma entretenida y formativa para que los pequeños entiendan y se relacionen con la historia. Natividad Barberà, quien vive en el centro, lo refleja así: “Hemos jugado al parchís, al ajedrez, les hemos enseñado a hacer girar las peonzas y también han aprendido algunos juegos de cartas. Además, les regalamos una cometa, que no sabían qué era y les encantó. Ellos se lo pasaron muy bien, pero nosotros también”.
Coincide María Brígida Martínez, también residente del centro, quien desea repetir la experiencia: “En mi caso, he podido jugar con tres niñas muy simpáticas. Les enseñamos varios juegos, pero lo que más les gustó fue la peonza. Además, nos cantaron canciones preciosas. Me lo pasé genial, quiero que vuelvan”.
Los vínculos intergeneracionales, tanto de los jóvenes como de los mayores, se han fortalecido gracias a esta actividad, donde disfrutaron de una tarde de diversión llena de risas y nostalgias.
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