El verano ha sido difícil para el sector, con residencias haciendo «malabares» para cubrir las vacantes en áreas clave como enfermería, medicina o fisioterapia. A los que hay que sumar la falta de auxiliares de geriatría, con oficio y vocación. «Si durante todo el año ya es complicado encontrar profesionales, en verano, cuando coinciden las vacaciones, la situación se vuelve insostenible», lamenta Pascual.
«Estamos en la cuerda floja», advierte Pascual, señalando que la falta de fondos y de personal impide no solo progresar en la atención que se merecen las personas, sino incluso mantener los servicios existentes. «Sin una inyección financiera significativa que alcance el 2% del PIB, y no esos insuficientes 783 millones de euros que el Gobierno repartirá entre las comunidades autónomas para avanzar en el nuevo modelo de cuidados en dependencia, y sin profesionales cualificados, simplemente no hay cuidados», explican desde la organización.
Pascual resalta que, mientras el sector sufre, el tiempo sigue pasando sin que el Gobierno tome medidas efectivas. Sin la ayuda del gobierno, imposible salir adelante. Necesitamos políticas muy valientes en relación con emigración y homologación de profesionales.
«No podemos seguir viendo como las administraciones legislan a espaldas de las empresas, los profesionales, las personas mayores y sus familias. Estamos hablando de un sector que emplea a más de 400.000 personas y atiende a 1,2 millones de personas mayores y personas en situación de dependencia, pero que afecta a toda la sociedad en general”.
Y es que, tal y como señala la entidad que representa a más de 200.000 plazas residenciales, no se trata solo de una cuestión de cifras o de demandas empresariales, sino que “hablamos de vidas. Cada día que pasa sin una solución, miles de personas quedan sin la atención que merecen y sufren las consecuencias de una planificación insuficiente y una política de parches”.
Un ejemplo es la reciente Estrategia de Cuidados impulsada por el ministro Pablo Bustinduy, que, según Pascual, es un parche insuficiente para los desafíos que enfrenta el sector. «Una estrategia que promete cinco horas semanales de cuidados no solo es insuficiente, es insultante. Una hora al día no garantiza que una persona dependiente reciba la atención necesaria, dejando nuevamente a las mujeres, que ya soportan la mayor carga de cuidados, con la responsabilidad de cuidar 24/7», critica.
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