Las personas mayores son uno de los grupos más vulnerables durante una tragedia como la que han padecido 69 municipios españoles desde el martes 29 de octubre, con la DANA. Días después, es fundamental el esfuerzo incesante que están llevando a cabo profesionales y voluntarios para que las pérdidas no sean más significativas y para asegurar que las personas que requieren atención en residencias durante la DANA, también a posteriori, estén protegidas.
Con este gran esfuerzo, la mayoría de los centros han superado la emergencia inicial y las residencias de mayores en las zonas afectadas han logrado mantener la normalidad en la atención de sus residentes. Ahora, las patronales de la dependencia, lamentando su profundo pesar por el fallecimiento de 6 personas mayores en la residencia de Paiporta, reconocen el esfuerzo de los profesionales de las residencias durante la DANA para que los daños no hayan sido peores.
Los profesionales dedicados al cuidado no solo se han comprometido a proteger a los mayores, sino que también procuran que obtengan la atención necesaria en estos momentos. En ocasiones, trabajan incluso más allá de su horario habitual para que el efecto sobre ellos sea el mínimo posible, y ponen todo su esfuerzo para hacer que la situación sea lo más llevadera posible tanto para los residentes como para sus familias.
Trabajo superlativo
Josune Méndez, secretaria general de AESTE, ha destacado que “el trabajo de los profesionales en las residencias de mayores es superlativo”. Tal y como ocurrió en la pandemia, Méndez considera que “los cuidadores están haciendo un grandísimo esfuerzo para solventar la situación de la mejor manera posible, mostrando el lado más humano de la profesión y anteponiendo el bienestar de las personas mayores a los suyos”.
Cinta Pascual, presidenta de CEAPs (Círculo Empresarial de Atención a Personas), reconoce la capacidad de reacción y organización de Aerte (Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunitat Valenciana) y de todos los asociados que han respondido de manera inmediata para que, sobre todo, lleguen los materiales. “La solidaridad entre los centros y los profesionales fue inmediata, gracias a la gestión realizada por Aerte, y su presidencia”, explica.
Acelerar las valoraciones del Grado de Dependencia
Por su parte, José María Toro, presidente de Aerte, ha destacado también las complicaciones «psicológicas» consecuencia de esta catástrofe. «Las inundaciones han complicado la situación para muchos cuidadores familiares, quienes, además de atender a sus seres queridos, enfrentan dificultades en sus propios hogares y sobre todo psicológicas muy importantes», advierte.
“El personal y los servicios de emergencia siguen trabajando intensamente para garantizar que los mayores y personas en situación de dependencia reciban la atención necesaria, tanto en residencias como en el entorno familiar, buscando asegurar su bienestar a pesar de las adversidades”, finaliza José María Toro.
A lo que Cinta Pascual apunta que en estos momentos es en los que se hace más palpable la necesidad de una prestación express y la puesta en marcha de mecanismos que realicen valoraciones y actualizaciones de grado de Dependencia de manera rápida y eficaz de forma que se ofrezca ese apoyo a los que más las personas más vulnerables en el momento que más lo necesitan”, y finaliza explicando que “no con fondos puntuales sino destinando el 2% del PIB”.
La conducta de los profesionales de los cuidados durante la DANA representa una muestra adicional del compromiso diario de todos los trabajadores del sector. Desde las labores efectuadas en las residencias y centros de atención diurna, hasta los profesionales del Servicio de Asistencia a Domicilio, constituyen unos servicios fundamentales que sostienen y realzan el bienestar y la dignidad de las personas mayores a lo largo de todos los días del año, y cuya contribución a la sociedad es un claro ejemplo de humanidad y dedicación para todos.