La Asociación de Castilla-La Mancha de Residencias y Servicios de Atención a los Mayores -sector solidario- (Acescam) asegura que las personas mayores de las residencias están protegidas, y necesitan y tienen derecho a salir de sus residencias, sin restricciones especiales.
Desde Acescam manifiestan su satisfacción por las medidas que están permitiendo a las personas mayores y en situación de dependencia que viven en residencias salir de las mismas para pasear y relacionarse, al menos, en una distancia de un kilómetro alrededor del centro. Pero aseguran que sus centros son seguros y que todos los residentes han recibido las dos dosis de la vacuna, por lo que entienden que estas medidas son el principio de “un proceso de normalización, que ha de conllevar, en el menor tiempo posible, a una equiparación de los derechos de las personas usuarias en residencias al del resto de la sociedad en cuanto a libertad de movimientos se refiere”.
Así lo explican dese la asociación: “Si una persona mayor vacunada, que vive en su casa, puede salir a la calle con total normalidad, también, debemos permitir eso a los mayores que tienen su hogar en una Residencia. Deben hacerlo como ciudadanos de pleno derecho que son, y sin más medida complementaria que la que nos obliga a toda la sociedad”.
Un paso a hacia la normalidad
Por eso, con toda prudencia, apelan a las autoridades sanitarias, para que restablezcan la normalización de salidas y entradas en centros residenciales en pro de los mayores. “Se trata de garantizar el trato digno y humanizante hacia la persona, sea cual sea el lugar donde vive, su nivel económico o su edad”, argumentan.
En su opinión, “esta crisis del COVID-19 nos ha enseñado que debemos vivir protegiéndonos, pero sin mantener limitaciones innecesarias o excesivas en el tiempo”.
Desde Acescam consideran urgente terminar con las restricciones de salidas de las más de 10.000 personas mayores o dependientes, a las que cuidan cada día: “Es el momento de avanzar para alcanzar cierta normalidad, ahora, que todos ellos están protegidos por la vacuna. Hablamos de una obligación moral por la calidad de vida de todos nuestros residentes. Queremos que vivan, y que ellos quieran seguir viviendo, en plenitud”.