“Debemos mejorar las condiciones laborales y tener en cuenta que la satisfacción de un trabajador no solo depende del salario”

El presidente de CEAPs, Rafael Sánchez.
El presidente de CEAPs, Rafael Sánchez.

Rafael Sánchez-Ostiz

Presidente del Círculo Empresarial de Atención a las Personas (CEAPs)

La IV Cumbre del BabyBoom, organizada por el Círculo Empresarial de Atención a las Personas (CEAPs) este martes en el CaixaForum de Valencia, ha sido el escenario elegido para anunciar el relevo en la presidencia de esta entidad con gran representatividad en la atención a la Dependencia en España. Rafael Sánchez-Ostiz, presidente de la Asociación Navarra de Entidades Asistenciales (ANEA), toma el relevo como presidente de CEAPs en sustitución de Cinta Pascual, quien deja el cargo tras una etapa de más de nueve años al frente de la organización. Para conocer los retos principales por los que apuesta la organización en esta nueva etapa hablamos con Sánchez-Ostiz.

Llegada a CEAPs

¿Qué supone para usted asumir la nueva Presidencia de CEAPs? 

Es una mezcla de ilusión y responsabilidad. Ilusión porque, para los profesionales que nos dedicamos al mundo de la atención a las personas mayores, es un lujo tener la oportunidad de devolver a la sociedad lo que tanto has recibido de tantas personas. Es una oportunidad bárbara, y una responsabilidad, porque representas un sector muy numeroso, tanto de personas atendidas y de sus familias como de los profesionales que cuidan de estas personas y de entidades que quieren convertirse en referentes en el sector. 

Después de más de nueve años en los que Cinta Pascual ha liderado esta patronal, ¿se puede hablar de que esta va a ser una nueva etapa de CEAPS? 

No. Es una etapa de consolidación de CEAPs en la que, por supuesto, seguiremos contando con la experiencia de Cinta, que tiene mucha cuerda aún, y es un valor tanto para CEAPs como para el sector.

Este periodo requiere de un esfuerzo para hacernos más fuertes y crecer, porque todo lo que no crece, decrece y muere. Con lo cual tenemos que enfocarnos en un crecimiento, pero centrados en afianzar lo conseguido. Se ha logrado mucho hasta ahora. CEAPs es una patronal muy representativa del sector, que está presente en gran parte de las comunidades autónomas y es fuerte en ofrecer criterios, negociaciones laborales, estudios de investigación y la interlocución con las distintas administraciones. Y ahora nos toca fortalecer. Quizá tenemos que parar y reflexionar para ser conscientes de dónde estamos, para hacernos más fuertes y crecer.

¿Hay algún tema que sea prioritario para CEAPs en este momento? 

Rafael Sánchez-Ostiz y Cinta Pascual, presidente y expresidenta de CEAPs.
Rafael Sánchez-Ostiz y Cinta Pascual, presidente y expresidenta de CEAPs.

Nosotros vamos a seguir demandando dos cuestiones que son claves. Una es la infrafinanciación crónica del sector. Es decir, no podemos tener un 0,9 % de PIB cuando la media europea está en el doble, casi 1,6. Esta infrafinanciación crónica está ahogando a muchos recursos, a muchas entidades, ya sean públicas o privadas, con o sin ánimo de lucro.

Hay que incrementar los recursos que se dedican a dependencia porque es un sector que aporta un doble beneficio. Es un sector que cuida de personas y es generador de empleo. 

Y se debe corregir esta infrafinanciación para acabar con las desigualdades territoriales. Es injusto que la atención que se ofrece a las personas dependientes sea distinta en función de donde vivan.

¿Y cómo se corrigen estas diferencias? Al final la competencia es de las comunidades autónomas. 

Es complicado. Prueba de ello lo tuvimos en el decreto Belarra con el que se intentaron homogeneizar los criterios de calidad asistencial y calidad estructural y de ratios de todas las comunidades, y fue imposible. Ha sido un decreto que no ha tenido prácticamente ningún efecto en las comunidades autónomas. Creo que solo Navarra y, de forma muy parcial, la Comunidad Valenciana, adecuaron sus normativas a ese decreto, que pretendía homogeneizar los criterios. Tenemos que seguir avanzando en esa homogeneización, pero tendremos que poner más recursos económicos. Y eso supone que, desde las patronales, desde CEAPs, seamos el Pepito Grillo y recordemos lo que cuesta atender a una persona dependiente. Siempre se ha equiparado con el coste que tiene una plaza en un hotel. Es decir, pasar la noche y desayunar en un hotel con lo que cuesta atender una persona 24 horas al día, 365 días al año, con toda la atención especializada. 

Quizá CEAPs puede tener un papel estratégico en esa homogeneización al estar en todas las comunidades autónomas o en casi todas.  ¿Tenéis necesidades comunes?

Hay distintas necesidades por esas desigualdades hay algunos a los que les aprieta el zapato en la financiación, otros en la renovación del parque de residencias, otros por las normativas de personal o en lo referente a ratios o la escasez de personal o la colaboración pública y privada, o la colaboración entre consejerías de Sanidad y Servicios Sociales, por ejemplo. 

¿Vosotros podríais ser un elemento que empuje a la igualdad? 

Tenemos que serlo. Al estar presente en todo el territorio nacional, tenemos acceso a lo que se está legislando en uno y en otro lugar y podemos disponer de la foto global que hace falta para poner encima de la mesa las necesidades y comparar lo que se hace en las distintas comunidades. Pero es importante actuar con información veraz, para mover al sector político y que modifique las normativas que sea necesario modificar o considere los presupuestos que tenga encima de la mesa.

Comentabas que había dos retos que eran importantes para CEAPs. Hemos hablado de la financiación. ¿Cuál es el otro reto?

El otro reto fundamental es la calidad asistencial de un sector muy geriátrico, de mucha complejidad clínica, muy de pluripatología, en el que la atención sanitaria tiene grandes déficits y se están produciendo situaciones de agravio comparativo. 

Pongamos un ejemplo.

Las personas mayores que viven en una residencia tienen una atención diferente a las que viven en casa. El déficit de atención sanitaria en los centros residenciales es algo que tenemos que corregir de manera urgente. No puede ser que se produzcan esta conculcación de derechos fundamentales, como es el derecho a una sanidad universal, gratuita y de calidad.

Es un requerimiento fácil de entender. Es de justicia. ¿Dónde está la dificultad para hacer esta gestión correctamente?

Yo creo que es un tema de voluntad política, de sentarse con los dos departamentos implicados, Sanidad y Servicios Sociales, para que determinen qué necesidades y qué recursos tenemos para atender las exigencias básicas de las personas mayores que viven en residencias desde la red pública, porque si estuvieran en su casa tendrían esa atención.  

O no. Lo mismo tampoco tienen en cuenta las necesidades de las personas mayores que viven en sus casas. Sin embargo, en los centros, como las personas mayores están atendidas por profesionales que están atentos a sus cuidados, es más evidente ese requerimiento.

Sí, es cierto, pero en este país normalmente la atención primaria funciona bastante bien y son los médicos de atención primaria los que deben tener esa formación geriátrica y atienden a la mayoría de las personas mayores que están en el domicilio haciendo seguimiento de los hábitos saludables, los tratamientos crónicos, etc.

La escasez de profesionales sociosanitarios

¿Por dónde empezamos a resolver este tema? ¿Qué se plantea desde CEAPs?

En CEAPs es un tema que preocupa mucho. Va a crecer el número de plazas residenciales, el número de horas de servicios de atención domiciliaria y, para ello, es esencial la incorporación de profesionales cualificados, comprometidos y con valores. Ese es el ideal que buscamos, y no podemos renunciar a ello. Por tanto, tenemos que actuar en todos los niveles de la formación: formaciones de pregrado, de posgrado, de cualificación y formaciones de habilitación de títulos. Además, tenemos que dar una solución a la venida de profesionales, a la inmigración. Y nosotros en España tenemos la ventaja de contar con Latinoamérica, que compartimos un idioma común, y eso facilita la integración de las personas en nuestra sociedad.

Debemos trabajar desde todos estos ámbitos, pero también debemos mejorar las condiciones laborales. Y tener en cuenta que la satisfacción de un trabajador no solo depende del salario, además hay otros aspectos como la flexibilidad horaria, turnos fijos compatibles con la conciliación, ciertos beneficios sociales, que son clave. Con lo cual, habrá que actuar en las políticas de recursos humanos porque si los profesionales están satisfechos, cuidarán mejor y generarán más satisfacción en las personas cuidadas.

Eso es importante en todos los sectores. Otra cuestión que comentaba era el tema de la flexibilidad en los roles profesionales. ¿Cree que funcionaría?

Esto está funcionando en Alemania. Existen auxiliares de clínica con especialización. Y nuestras escuelas de auxiliares de clínicas forman muy buenos profesionales, que están casi todos en los hospitales.  Entonces, hay que habilitar, hay que reconocer esas competencias profesionales para que las desarrollen en los centros residenciales o los servicios de atención a la dependencia. ¿Cuál es el problema? Que siempre se ve como una amenaza por los otros colectivos. Lo entienden como intrusismo. Pero no debemos olvidar que estos profesionales están formados para ello.

¿Ve viable la creación de nuevos perfiles profesionales que puedan ocuparse de esa atención sanitaria o sociosanitaria adecuada?

Con una formación que habilite, no hay que inventarse mucho más.

¿Hay otros perfiles que echen en falta en el sector, además de la enfermería?

Tenemos carencia de médicos, pero eso es generalizado. Como el sistema público no da el servicio, en los centros tenemos que buscar médicos porque este servicio es absolutamente necesario. Asimismo, hay otros perfiles como los cocineros, que son una pieza básica, y no encontramos.

Hablemos de coordinación sociosanitaria

¿Eso qué es? Llevamos hablando 40 años de esto y ¿dónde está? Coordinan los profesionales. Existe una coordinación porque hay voluntad de los profesionales de coordinarse. Pero esto tiene que ser una decisión de Estado, y debe realizarse al más alto nivel. Tienen que sentarse los dos ministerios, habilitar un presupuesto adecuado y ponerse a trabajar en ello. Es absolutamente urgente y necesario. 

Un buen trabajo en servicios sociales supone un ahorro y beneficios al sistema sanitario. Usted que es geriatra, que proviene del ámbito sanitario, ¿qué opina? Algunos expertos piensan que, si ese ahorro se invirtiera en servicios sociales, otro gallo cantaría. 

El sistema sanitario lo engulle todo. Es un monstruo que consume todos los recursos. Somos el hermano pobre. Las administraciones conocen el ahorro que suponemos, porque hay muchos centros especializados geriátricos, que ofrecen atención de rehabilitación o de cronicidad, o están dando un servicio sanitario sociosanitario, que están ahorrando recursos al sistema sanitario, pero no hacen nada. 

¿Considera que el sector sociosanitario está digitalizado correctamente o cree que tiene que dar algunos pasos más para avanzar?

Creo que está bastante digitalizado porque llevamos años insistiendo en el tema de los sistemas de gestión y la utilización de tablet o ciertas tecnologías o software de estimulación. 

Además, o eres digital o no eres nada. Estamos en una época digital y tenemos que adecuarnos y emplear tanto la tecnología como herramientas de inteligencia artificial aplicadas a la predicción para adelantarse a situaciones de riesgo y poder enfocarnos en la prevención.

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