El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se celebra anualmente el 25 de noviembre para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación. Así lo determinó en el año 2000 Naciones Unidas. 24 años después de esa determinación sigue siendo necesario, y urgente, atajar el problema de la violencia de género contra la mujer. Es, por tanto, una fecha apropiada para poner el foco en una realidad invisibilizada aún, ante la que hay que actuar. Máxime cuando hablamos de violencia de género contra la mujer mayor, que hoy supone más de un 23% de las mujeres que han sufrido violencia a manos de su pareja o expareja. Sin olvidar que el 14,3% de las víctimas por violencia de género en 2022 fueron mujeres de más de 65 años.
Estas son las opiniones que han transmitido a BALANCE Sociosanitario Mª José Sánchez Morilla, directora de CONFEMAC, y Charo Otegui, miembro del Grupo de Expertos sobre el papel de la Cultura en el Desarrollo Sostenible de la Red Española de Desarrollo Sostenible y miembro del patronato de HelpAge International España.
La violencia de género contra la mujer es una realidad cruda que necesita de la acción de todos, de las instituciones y de la sociedad en su conjunto. Se trata de una lacra que marca a todos ante la que urge tomar medidas y actuar. Cuando nos focalizamos en las mujeres mayores de 65 años, esa urgencia se incrementa porque, como señalan los expertos en la materia, en ellas se produce una doble discriminación: una por ser mujer y otra por ser mayor. No está de más recordar que, en los últimos años, se ha avanzado mucho en la lucha contra la violencia de género. Aunque tampoco lo está tener siempre presente que se trata de un camino al que le quedan aún muchos tramos por recorrer.
La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, define la violencia de género como aquella que, “como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”, y “comprende todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad”.
Como refleja la Macroencuesta de Violencia contra la mujer, del Ministerio de Igualdad, realizada en 2019, las mujeres que tienen 65 o más años, muestran prevalencias de violencia en pareja inferiores a las que se registran entre las mujeres de entre 16 y 64 años. Al menos aquellas que han acudido a servicios de ayuda formal como consecuencia de la violencia física, sexual, emocional o miedo (VFSEM). Una realidad que se explica porque la incidencia de la violencia de parejas pasadas es menor. Pero, por otro lado, y centrándose solo en la pareja actual, el informe constata en las mujeres mayores una prevalencia más alta de violencia que en las que tienen menos de 65 años.
La Macroencuesta refiere que las mujeres mayores han contado a personas de su entorno la violencia sufrida en menor medida que el resto de las mujeres: el 54,5% de las mujeres de 65 o más años han contado a personas de su entorno la VFSEM de alguna de sus parejas, frente al 81,3% de las mujeres de 16 a 64 años que han sufrido VFSEM. Este resultado muestra que las mujeres mayores ocultan la violencia vivida en bastante mayor medida que el resto de las mujeres, con todas las implicaciones que esto conlleva.
Las mujeres de 65 o más años han roto la relación con una pareja pasada como consecuencia de los episodios de violencia en mucho menor medida (49,9%) que las mujeres de 16 a 64 años (81,4%). Sin embargo, citan más como motivo para el fin de la relación violenta el fallecimiento de la pareja (más de 65: 13,3%, 16-64: 0,7%). Las mujeres mayores han sufrido violencia sexual fuera de la pareja a lo largo de sus vidas en menor proporción (2,8%) que las mujeres de 16 a 64 años (7,7%). Las mujeres mayores que han sufrido violencia sexual fuera de la pareja han contado lo sucedido a personas del entorno en menor medida (52,2%) que las mujeres de 16 a 64 años (75,2%).
En 2022, la mujer asesinada por violencia de género más joven tenía 17 años y la de más edad 88 años
La Estadística de Violencia Doméstica y Violencia de Género (EVDVG). Año 2023, del Instituto Nacional de Estadística, refleja que el número de mujeres víctimas de violencia de género aumentó un 12,1% en el año 2023, hasta contabilizarse 36.582 mujeres. La tasa de mujeres víctimas de violencia de género fue de 1,7 por cada 1.000 mujeres de 14 y más años. El número de víctimas de violencia doméstica aumentó un 12,0%.
Esta misma Encuesta, constata que el año pasado se contabilizaron un total de 36.582 víctimas de violencia de género, y 9.126 de violencia doméstica. Un total de 36.434 personas fueron denunciadas por violencia de género, y 7.526 por violencia de género. Además, 37.161 personas fueron condenadas por violencia de género y 8.687 por violencia doméstica.
La Estrategia Estatal para combatir las violencias machistas 2022-2025, recoge que el 23,4% de las mujeres mayores de 65 años ha sufrido violencia a manos de su pareja o expareja. Casi un 23% refiere haber sido víctima de violencia psicológica, y un 8,5% señala que ha sufrido violencia física o sexual a manos de su pareja.
Convenio de Estambul
La legislación ha ayudado a conseguir un marco diferente en el que la mujer pueda apoyarse frente a los casos de violencia de género. Y no solo a nivel nacional, también en el panorama europeo, donde en 2017 ya se firmó el Convenio de Estambul. Su entrada en vigor en la Unión Europea el 1 de octubre de 2023 marca un avance importante en la lucha contra la violencia de género, estableciendo un marco jurídico para prevenir y perseguir todas las formas de violencia contra mujeres y niñas. Este convenio, que fue firmado en 2017 pero ratificado finalmente en junio de 2023 por los 27 estados miembros de la UE, ha sido acogido positivamente.
Este nuevo marco legal ofrece una base importante, pero plantea el desafío de implementar medidas adicionales y mejorar la coordinación internacional para ofrecer una protección más efectiva y accesible a todas las mujeres, especialmente aquellas en situaciones de vulnerabilidad fuera de su país de origen. El Convenio del Consejo de Europa sobre Prevención y Lucha contra la Violencia contra las Mujeres y la Violencia Doméstica, establece normas para la prevención de la violencia de género, la protección de las víctimas, el enjuiciamiento de los agresores y la prestación adecuada de servicios a las víctimas y víctimas potenciales. Los Estados parte del Convenio de Estambul están obligados a intervenir en diferentes ámbitos: desde la sensibilización y la recopilación de datos hasta la elaboración de medidas legales para penalizar diferentes formas de violencia.
Se trata de un documento que define y tipifica como delito diversas formas de violencia contra la mujer, incluida la violencia física, sexual y psicológica, el acecho, el acoso sexual, la mutilación genital femenina y el matrimonio, el aborto y la esterilización forzosos. Además, el Convenio de Estambul, se centra en la prevención, obligando a las partes a invertir en educación, formación de especialistas y programas de tratamiento para los agresores. También protege a las víctimas obligando a los Estados a implantar servicios de apoyo adecuados y aborda la cuestión de la violencia de género en el contexto del asilo y la migración.
Teléfono contra el abuso y el maltrato a los mayores
El Teléfono contra el abuso y el maltrato a las personas mayores (900 65 65 66) se puso en marcha en el mes de septiembre de 2019, y está gestionado por la Confederación Estatal de Mayores Activos, CONFEMAC. Desde sus inicios se ha constatado que los mayores sufren mayoritariamente maltrato psicológico y que, la mayoría de las llamadas recibidas se producen desde el ámbito familiar. Los casos relacionados con el maltrato económico, con situaciones de abandono y con el maltrato físico, también son muy significativos.
Como nos asegura la directora de la Confederación, María José Sánchez, hasta el mes de octubre de 2024 el Teléfono había asesorado y orientado a un total de 3.001 casos de abuso y maltrato a las personas mayores. Sánchez reconoce que los casos han ido en aumento en los últimos años, lo que responde a “una mayor sensibilización sobre esta problemática social”.
Amor y violencia, opuestos
En lo que va de año ocho mujeres mayores de 60 años han muerto asesinadas por la violencia de género. Desde 2003 han sido 84 las mujeres mayores asesinadas por la misma causa, según los datos de la Delegación del Gobierno de Violencia de Género.
Desde el Servicio Estatal de Atención a Mayores (SEAM), una iniciativa de HelpAge International España, se han atendido en los dos últimos años 13 llamadas en relación con la violencia de género, a pesar de que el servicio no está orientado al abuso y al maltrato en personas mayores sino a la discriminación por razón de edad. Dentro de las consultas de violencia de género se observa que en todos los casos se encuentra el componente de abuso psicológico y emocional presente, en menor medida relatan asuntos de violencia económica y física, pero se encuentran presentes.
Para abordar la violencia de género contra la mujer mayor, dando visibilidad a situaciones que viven las mujeres mayores de 65 años, HealpApe International España puso en marcha la campaña “Ya no es amor”. Una iniciativa que busca mostrar una realidad invisibilizada en nuestro país, ya que un 40 % de las mujeres mayores que sufren violencia de género llevan más de 40 años padeciéndola, y un 27 % la lleva sufriendo entre 20 y 30 años, según el estudio realizado por La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género en España.
“Ya no es amor” busca que las mujeres mayores reconozcan los tipos de violencia que pueden darse en las relaciones. Sobre todo, violencias menos visibles como la violencia psicológica, la económica o la violencia emocional. Una campaña necesaria para reconocer esas situaciones que enfrentan muchas mujeres mayores a diario, y que tienen como principal obstáculo el amor que aún sienten por sus parejas. Además, en esta campaña se promueve el uso del teléfono 016 para brindarles apoyo y seguimiento. Es crucial que la sociedad conozca y entienda la complejidad y la extensión de este problema.
Datos de los juzgados españoles
En el Informe sobre víctimas mortales de la violencia de género y doméstica en el ámbito de la pareja o ex- pareja del año 2022, del Poder Judicial, publicado en diciembre de 2023, se define el perfil de las 49 víctimas. La Sección del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial realizó este informe.
El documento refiere que la edad media de las mujeres muertas por violencia de género, en 2022, fue de 44,6 años (cifra muy similar a la registrada el año anterior: 44,3 años). En 2022, la víctima más joven tenía 17 años y la de más edad 88 años. En este documento se asegura que las cifras de 2022 suponen una “perceptible mejora de resultados gracias a que se han incrementado las medidas de protección, las herramientas telemáticas, el incremento porcentual de las sentencias condenatorias o la progresiva concreción de las medidas incluidas en el Pacto de Estado”. Aunque, también es cierto que consideran que la existencia de 49 asesinatos machistas “es una cifra intolerable que justifica el pleno mantenimiento y la vocación de perfeccionamiento de las políticas públicas de protección a las víctimas de violencia de género”.
Este Informe refleja que, de las 49 mujeres asesinadas por violencia de género durante 2022, el 14,3% fueron mujeres de más de 65 años. También es significativo el dato que confirma que un 75% de las víctimas mantenía una relación de convivencia con su agresor. De hecho, durante 2022, en el 51% de los casos existía o había existido un vínculo matrimonial.