José Augusto García, presidente de la SEGG.
José Augusto García, presidente de la SEGG.

“Se debería establecer una estrategia nacional de atención a los mayores dependientes con la colaboración de Atención Primaria y geriatría”

José Augusto García

Presidente de la SEGG

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) celebra del 26 al 28 de junio, en Málaga, su 64º Congreso bajo el lema “Diseñando un nuevo futuro, construyendo redes, trabajando juntos”.  Este evento anual de la geriatría reunirá a más de 60 ponentes de las áreas clínica, biológica y social y los testimonios y aportaciones de profesionales de la enfermería geriátrica, el trabajo social, fisioterapia y terapia ocupacional. La utilidad que la inteligencia artificial puede aportar a la geriatría, el desarrollo de nuevos modelos de cuidados de larga duración, cardiología y oncología en pacientes mayores, novedades en el tratamiento de la demencia o cómo avanza la investigación en vacunas son algunos de los temas sobre los que se reflexionarán en estos tres días.

Para conocer más sobre este encuentro, así como sobre la situación de la Geriatría en nuestro país y sobre los cuidados y atención a los mayores y dependientes, hablamos con el presidente de la SEGG, José Augusto García.

¿Cómo describiría el estado actual de la especialidad de Geriatría en España?

La geriatría en España tiene un desarrollo desigual. Las dos comunidades autónomas con mayor desarrollo son Madrid y Cataluña. El modelo de Madrid es de un claro asentamiento hospitalario y una organización basada en Servicios de Geriatría con una estructura clásica. En Cataluña, además de los servicios de geriatría de base hospitalaria, existe un mayor desarrollo de unidades de recuperación funcional, de otros servicios como los de psicogeriatría y se están empezando a desarrollar unidades de hospitalización domiciliaria.

En el resto del país, claramente hay que seguir incorporando más geriatras al sistema sanitario. Las últimas en apostar por la geriatría han sido el País Vasco (que comenzó a incorporarlos en el año 2021) y Andalucía, que tiene autorizada la figura desde el año pasado, pero que aún no ha hecho la apuesta de contratar geriatras de forma decidida en el servicio andaluz de salud.

¿Qué avances significativos ha experimentado la Geriatría en los últimos años?

En los últimos años hemos empezado a introducir la geriatría en la toma de decisiones del paciente complejo. En este sentido, tenemos que destacar la implementación progresiva de unidades de cardiogeriatría y oncogeriatría en grandes hospitales. Estas unidades, que tratan de optimizar la indicación y el seguimiento del tratamiento de los pacientes geriátricos más difíciles cuando se enfrentan a tratamientos de alta tecnología que pueden comportar importantes efectos secundarios, deberían ser obligatorias en todos los hospitales de alta tecnología.

También hemos comenzado a desarrollar unidades que tratan de valorar y tratar al paciente allí donde se encuentra y, normalmente, fuera del hospital. Habría que destacar la apuesta que se ha hecho en Madrid por las unidades de geriatría de enlace entre hospital y residencias de mayores o las nuevas unidades de hospitalización intermedia a domicilio que se están empezando a desarrollar en Cataluña.

¿Cuáles son los principales retos que afronta la Geriatría actualmente?

Tres grandes retos, a mi modo de ver. El primer reto sería la implantación definitiva de la geriatría en todos los hospitales de agudos; en todos. Con una cartera de servicios mínima que incluya unidad de hospitalización para pacientes agudos, consultas externas para pacientes ambulatorios e interconsultas para el resto de las especialidades del hospital.

El segundo gran reto es que cada área sanitaria disponga de una unidad de rehabilitación funcional donde se pueda enviar a los pacientes geriátricos que necesiten rehabilitación, por ejemplo, tras haber sufrido un ictus o una fractura de cadera. Esta necesidad se incrementará mucho en los próximos años, debido al envejecimiento de la población.

En tercer lugar, la geriatría debería mejorar mucho su colaboración con atención primaria para el manejo de los pacientes más complejos en régimen ambulatorio a través de consultas externas y en el domicilio del propio paciente. También debería existir un circuito de actuación rápido y preferente para las personas mayores que viven en residencias.

“La geriatría debería mejorar mucho su colaboración con atención primaria para el manejo de los pacientes más complejos en régimen ambulatorio a través de consultas externas y en el domicilio del propio paciente”

¿Cómo está trabajando la SEGG para promover y situar la Geriatría en un lugar que se merece dentro del sistema sanitario?

Presencia, presencia y presencia. Si no estás no se acuerdan de ti.

Y explicar claramente lo que es la geriatría, para que todo el mundo entienda las aportaciones que puede hacer.

Es por eso que hemos potenciado la presencia de la SEGG en los medios de comunicación más que nunca en su historia y por lo que hemos activado todas las vías de comunicación actuales: Facebook, X, Instagram, YouTube.

Acabamos de lanzar un podcast de la SEGG para informar sobre las últimas actualizaciones.

Con estos nuevos formatos pretendemos llegar a todos los públicos, de todas las edades. Ya sabemos que el formato es muy importante para los más jóvenes y creemos que ahí es muy importante que nos conozcan también.

Y hemos intentado visitar a todas las autoridades sanitarias y sociales del país, tanto a nivel estatal como de las comunidades autónomas. Nunca en la historia de la SEGG se habían mantenido tantos contactos institucionales con las autoridades sanitarias y sociales del país.

Este congreso tiene un programa muy completo. ¿Cuáles considera que son los temas más destacados y por qué?

En este congreso empezamos a reflexionar sobre la utilidad que la inteligencia artificial puede aportarnos en el día a día con el paciente geriátrico. Creo que todos deberíamos estar al corriente de estos avances.

Y también creo que es muy importante que estemos atentos al desarrollo de nuevos modelos de cuidados de larga duración, al ser esta una política prioritaria para todos los países europeos y, por supuesto, para España.

Y, por su puesto, a las novedades en el tratamiento de enfermedades cardiológicas, tratamiento de demencia, actualización en nutrición, nuevas vacunas, etc.

¿Qué novedades espera que se presenten durante el congreso en términos de investigación y práctica geriátrica?

Creo que será interesante compartir las últimas novedades en el tratamiento de la demencia, a las puertas de la autorización en Europa de un nuevo tratamiento y tras más de veinte años de ausencia de avances en este campo.

También será muy interesante ver cómo avanza la investigación en vacunas, donde también se están investigando nuevas vacunas que serán claramente de aplicación a los adultos mayores.

Desde la geriatría creo que será muy interesante profundizar en los últimos avances en el campo de la cardiogeriatría y de la oncogeriatría así como los modelos de atención geriátrica que se están desarrollando en las diferentes comunidades autónomas.

También estamos muy atentos a los últimos avances en el tratamiento de la fragilidad y la sarcopenia en el adulto mayor y la contribución que el ejercicio físico y la nutrición tienen en estos campos.

La sección de gerontología biológica nos pondrá al día sobre las últimas actualizaciones en los mecanismos celulares, genéticos y moleculares del envejecimiento. El conocimiento de estos mecanismos es básico para poderlo combatir de forma adecuada en el futuro.

En el campo de la gerontología yo creo que es muy importante compartir los proyectos de desistitucionalización que está poniendo en marcha el ministerio a nivel estatal y, en concreto, el proyecto” Vivir Mejor en Casa”, que lidera la SEGG y que dispone de dos espacios en el Congreso para analizarlo a fondo.

El programa incluye varias sesiones sobre el deterioro cognitivo. ¿Qué evidencias recientes existen sobre las intervenciones en su prevención?

En cuanto a prevención, tenemos las mismas evidencias que teníamos. Hasta el 40% del riesgo de demencia se puede reducir con programas preventivos que incluyan hábitos saludables (no fumar o no consumir alcohol), control de hipertensión arterial, practicar ejercicio físico, incrementar el nivel de estudio en la población, etc.

En el congreso se presentarán también las últimas novedades en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. En estos momentos estamos pendientes de que la Agencia Europea del Medicamento aprueba un tratamiento ya aprobado en Estados Unidos y que es el primer tratamiento después de más de 20 años de ausencia total de novedades en este campo.

La tecnología y la inteligencia artificial están revolucionando muchas áreas de la medicina. ¿Qué aplicaciones específicas ve en Geriatría y cómo están mejorando la atención a los mayores?

La inteligencia artificial será una herramienta en el día a día de nuestros médicos y enfermeras para optimizar el diagnóstico de enfermedades (ayudará al diagnóstico, sobre todo en casos con complejidad clínica), para valorar el pronóstico del tratamiento (por ejemplo, para valorar la probabilidad de recuperación funcional tras un proceso de rehabilitación en un paciente concreto), para personalizar la atención introduciendo perfiles biológicos de cada paciente a la toma de decisiones individuales.

Y, por su puesto, será una herramienta imprescindible para desburocratizar el trabajo de médicos y enfermeras.

La humanización y las reflexiones éticas son cruciales en el cuidado geriátrico. ¿Cuáles son los principales dilemas éticos que surgen en la atención a las personas mayores?

Exactamente los mismos que en las personas más jóvenes. Pero por su frecuencia, al estar tratando muchas veces a personas con enfermedades en fase muy avanzada, donde es muy difícil establecer el pronóstico, y en un mundo donde la tecnología sanitaria permite la realización de pruebas y procedimientos muy invasivos, yo destacaría dos grandes grupos.

Aquellos dilemas éticos relacionados con el principio de no hacer mal (no maleficiencia). Y aquí, claramente, hay que establecer límites a la excesiva medicalización de los problemas de las personas mayores (hecho muy evidente en los problemas de salud mental) y al encarnizamiento terapéutico, sobre todo en hospitales.

Y también destacaría la obligación que tenemos de respetar la autonomía del paciente en la toma de decisiones. Esto es particularmente relevante en pacientes en fase final de vida y muy complejo en pacientes con deterioro cognitivo.

¿Considera que existe una adecuada coordinación entre profesionales sanitario y sociales que asegure la continuidad? ¿Cómo se podría mejorar esta situación?

No existe la coordinación que debería existir, a pesar del esfuerzo que hacen los profesionales de a pie.

Se deberían establecer de forma clara programas de atención integrados sociales y sanitarios en todas las áreas básicas de salud y de servicios sociales. Y estos programas deberían estar estimulados adecuadamente por la Administración con programas de formación y presupuestos adecuados. De la experiencia de algunos de estos programas en Cataluña también se habla en este congreso.

Desde el punto de vista de la geriatría, ¿cómo se puede responder a los retos del cuidado de las personas mayores dependientes?

Primero, con una financiación adecuada. No hay que olvidar que España dedica un 0,8% del PIB a cuidados de larga duración, mientras que la media de la Unión Europea está por encima del 1,5% (y la de los 8 países más ricos de la unión europea en el 2,4%).

Y se debería establecer una estrategia nacional de atención a los mayores dependientes con la colaboración de atención primaria y geriatría para aplicar a todo el país. Para ello, es necesario que se implante la geriatría en aquellas regiones que aún no la tienen.

“Se deberían establecer de forma clara programas de atención integrados sociales y sanitarios en todas las áreas básicas de salud y de servicios sociales”

Y habría que introducir de forma decidida en modelo de atención centrada en la persona como forma de trabajo básica, respetar la autonomía del paciente para elegir su propio plan de apoyos, hacer posible que la familia también participe en el plan de cuidados, liberar de sujeciones la atención residencial, implantar ampliamente las voluntades anticipadas y establecer criterios de calidad en esta atención.

“España dedica un 0,8% del PIB a cuidados de larga duración, mientras que la media de la Unión Europea está por encima del 1,5%”

Y los resultados de la atención deberían ser transparentes para toda la ciudadanía, tanto los criterios de calidad como las inspecciones que se realizan en cada servicio.

¿Hacia dónde cree que evolucionarán los modelos de cuidados de larga duración en los próximos años?

Claramente iremos construyendo poco a poco modelos de menos base residencial y más base domiciliaria y comunitaria.

Las personas mayores con dependencia quieren vivir en su propia casa y, para ello, es necesario potenciar los servicios ambulatorios como los centros de día y los servicios de ayuda a domicilio.

Además, deberemos incorporar nuevas prestaciones a los servicios de atención a la dependencia que contempla la ley de dependencia. En concreto hay que incluir y empezar a desarrollar viviendas con apoyos e incluir también el transporte adaptado.

La SEGG está muy implicada con la formación de los cuidadores, profesionales e informales, de las personas mayores y dependientes. ¿Cómo están funcionando los cursos que imparten?

De forma óptima. En la última edición conseguimos formar a más de 12.000 cuidadores de personas mayores a domicilio. Si contamos todas las ediciones, la SEGG ya ha formado a más de 60.000 cuidadores profesionales y no profesionales. Y ahora estamos preparando una nueva edición. 

Hay que pensar que la formación de los cuidadores (profesionales y no profesionales) es una herramienta básica para una atención de calidad. La formación influye directamente en una atención adaptada a las limitaciones físicas de las personas mayores y contribuye a la estabilidad emocional de cuidadores y personas cuidadas. Por ejemplo, es una herramienta básica para los cuidadores de pacientes con demencia para disminuir los episodios de agresividad o irritabilidad.

“La SEGG ya ha formado a más de 60.000 cuidadores profesionales y no profesionales”

La prevención de la soledad es un tema recurrente. ¿Qué modelos de trabajo se están proponiendo para enfrentar este reto?

La soledad no deseada y el aislamiento social son determinantes sociales de la salud de gran importancia en las personas mayores. Está demostrado que las personas con soledad no deseada tienen un 30% más de mortalidad prematura y desarrollan antes y controlan peor enfermedades como la diabetes o la hipertensión. Además de tener mayor tendencia al sedentarismo, consumo de alcohol o tabaco. Luchar contra la soledad es, por lo tanto, una prioridad de las políticas públicas de salud.

En general, los programas para luchar contra la soledad son programas comunitarios, con participación de servicios sanitarios y sociales de atención primaria y de voluntarios de cada barrio o municipio. Son modelos de trabajo, por lo tanto, de proximidad y que deben contar con todos los activos existentes para detectar a las personas que están o se sienten solas y ofrecerles espacios de reunión y contacto con otras personas. Aquí los municipios juegan un papel muy importante para su puesta en marcha y desarrollo y los servicios sanitarios nos deberíamos incorporar para ayudar en la detección y seguimiento.

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