Sector sociosanitario y eficiencia energética.
Sector sociosanitario y eficiencia energética.

El compromiso del sector sociosanitario con la eficiencia energética

El compromiso del sector sociosanitario con la eficiencia energética no solo impulsa el ahorro y la sostenibilidad, también promueve entornos más cómodos y saludables para las personas mayores, y contribuye al desarrollo y a la mayor competitividad de las entidades. Las residencias y centros de día están tomando medidas concretas para optimizar su consumo energético, enfrentando desafíos e implementando soluciones innovadoras.

Esta responsabilidad surge de la necesidad de reducir costes en un contexto de aumento de precios de recursos y, al mismo tiempo, de preservar el medioambiente. Las empresas reconocen que, aunque la inversión inicial puede resultar un obstáculo, a largo plazo, las ganancias en eficiencia energética son significativas. Así evoluciona el sector de la dependencia hacia la transición verde. Aquí está el listado de empresas participantes: Amavir, Ballesol, Casablanca, Caser Residencial, Emera España, ILUNION VidaSénior, Sanitas Mayores, Sergesa, Vitalia e Iberdrola.

Las residencias son centros que están operativos 24 horas al día, 365 días al año. Por tanto, se consideran grandes consumidores de energía. Conscientes de ello, estas empresas asumen desde hace tiempo la responsabilidad de optimizar los recursos y reducir la huella ambiental. Además, invirtiendo en esta eficiencia energética consiguen disminuir costes a largo plazo. Unos costes que, en los últimos años, han estado supeditados a diferentes crisis y han supuesto momentos complicados para un sector que no puede permitirse el lujo de dejar de atender y cuidar con la máxima calidad. 

El sector se está adaptando, el compromiso es mayúsculo. Las empresas son conscientes de los importantes beneficios de la transformación verde, por eso están desarrollando estrategias y políticas que integran la calidad medioambiental.

Esta apuesta por la eficiencia energética se refleja en el diseño de edificaciones más sostenibles y la implementación de prácticas para minimizar el consumo de energía y agua. Las soluciones más destacadas incluyen el uso de energía solar térmica, fotovoltaica y aerotermia, así como medidas de diseño y mejoras en la construcción de nuevos edificios y en los ya existentes. Pero también existen gestos menos llamativos, como el aislamiento, el cambio de luminarias, incluso, las campañas de concienciación del personal y de los usuarios, que surten efecto. Por lo que la eficiencia energética en los centros tiene distintas aristas que abordar.

Una de las más importantes es la medición. Muchas de las empresas del sector cuentan con sistemas de control y seguimiento de los indicadores relacionados con el consumo de energía y agua. Esto les permite detectar de manera precoz cualquier problema que surgiera, y les facilita la revisión y contraste de los datos con el fin de mejorarlos.

El mayor inconveniente al que aluden las entidades con respecto al despegue de la eficiencia energética en el sector tiene que ver con la inversión inicial. Cambiar el enfoque hacia prácticas más sostenibles implica un compromiso financiero considerable, que no todas las instituciones están en posición de asumir de manera inmediata. La necesidad de abandonar viejos paradigmas y realizar inversiones significativas puede representar un dilema para aquellos con recursos financieros limitados.

La complejidad administrativa en la implementación de cambios y la adopción de nuevas tecnologías también puede ralentizar el proceso y dificultar la toma de decisiones, restando agilidad en el desarrollo de iniciativas.

Por otra parte, está la diversidad y complejidad de las infraestructuras sociosanitarias. Identificar soluciones óptimas para cada caso específico se vuelve complejo en un entorno donde las necesidades y estructuras varían ampliamente.

Las empresas son conscientes de los importantes beneficios de la transformación verde, por eso están desarrollando estrategias y políticas que integran la calidad medioambiental

Las empresas consultadas inciden en la importancia de encontrar los mejores asesores. Según explican, en los últimos tiempos, han proliferado este tipo de negocios que prometen ahorros importantes y luego no cuentan con soluciones apropiadas que consigan un retorno de la inversión. Precisamente, la incertidumbre en torno al retorno de la inversión y la confianza en los proveedores también plantean desafíos. La falta de claridad sobre los beneficios a largo plazo y la calidad de los servicios ofrecidos pueden generar dudas y reticencias en la toma de decisiones relacionadas con la adopción de nuevas tecnologías y prácticas de eficiencia energética.

A pesar de las barreras iniciales, las compañías lo tienen claro: una vez evaluada la viabilidad y el retorno de la inversión en eficiencia energética, el resultado es positivo. Por eso, siguen invirtiendo en nuevos proyectos para adaptar los centros ya existentes y planificar la construcción de nuevos edificios, contando con la última tecnología.

Algunas firmas apuntan que más del 20% de la energía que consumen en los centros proviene de fuentes renovables, en otros casos, esta cifra asciende al 50%. Asimismo, estiman unos ahorros de energía de en torno a un 30 o 35 %. Por lo que las ventajas son innegables en términos económicos y medioambientales.

Desde el punto de vista cuantitativo, significa un ahorro, a medio y largo plazo, del coste de la energía de los centros. También supone una mayor eficiencia en el funcionamiento de las instalaciones y menos dependencia de compañías distribuidoras.

Además, el medioambiente es una cuestión que preocupa a la sociedad, y que estas empresas trabajen para mejorar la huella ambiental contribuye a que tengan una mejor imagen. De hecho, muchas de estas organizaciones cuentan con certificaciones en eficiencia energética, que respaldan su compromiso y mejoran su reputación en el mercado.

Implicación de la Administración Pública

La Administración Pública lleva años apostando por la eficiencia energética en los centros sociosanitarios, pero los Fondos Next Generation han sido una ayuda importante para emprender y desarrollar proyectos comprometidos con la transición verde. Os contamos algunos ejemplos de cómo están actuando las comunidades autónomas:

En los últimos años, la Diputación Foral de Álava está realizando de forma progresiva diversas intervenciones en las residencias de titularidad pública en relación con la eficiencia energética de los edificios. Básicamente, la instalación de sistemas de energía solar térmica para el calentamiento del agua fría en dos centros y, de forma más extensa, la sustitución de equipos de iluminación antiguos existentes por otros más eficaces de tecnología LED.

Pero las intervenciones más destacadas están relacionadas con las residencias de nueva planta y las renovaciones integrales de residencias. El mayor exponente de estas intervenciones es la renovación completa de la residencia foral de Samaniego. Las obras implican una demolición completa de su interior, pero, una vez terminadas, el edificio contará con sistema de climatización de aire, y el sistema de calefacción será mediante suelo radiante, con generación de calor y refrigerante a partir de fuentes renovables, que combinan geotermia y aerotermia. También se instalarán placas fotovoltaicas en la cubierta para la producción de energía eléctrica. El edificio contará con una etiqueta energética A. La reforma integral tiene un coste de 7 millones de euros, financiados por los Fondos Next Generation EU, en el marco del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia.

También las nuevas residencias de nueva planta concertadas con la Diputación Foral de Álava están adaptadas a los nuevos avances en sostenibilidad energética. Ejemplo de ello es la residencia Arabarren, sita en Vitoria-Gasteiz, que tiene certificado de Eficiencia energética clase A en energía primaria no renovable y también A en emisiones de carbono y demanda de calefacción. Además, en este momento, la Diputación Foral de Álava está impulsando la construcción de una nueva residencia concertada en el barrio de Salburua, de Vitoria-Gasteiz, que se tendrá como objetivo la máxima eficiencia energética del edificio, y la mínima huella ecológica en su construcción y uso.

También el Gobierno de Castilla-La Mancha trabaja en esta línea, y ha adjudicado las obras de instalación de producción de energía eléctrica, mediante módulos solares fotovoltaicos, en 11 edificios destinados a personas mayores y con discapacidad. En estos casos, se van a revestir las cubiertas con placas solares, que van a permitir un ahorro en consumo eléctrico de más de un 25% y la reducción en más de 2.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. La inversión es de más de 270.000 euros, cofinanciado por fondos propios de la Junta y con Fondos Europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. 

Son un conjunto de medidas dirigidas a reducir el consumo, mejorar el confort técnico y fomentar el uso de energías renovables de todos los edificios, infraestructuras y equipamientos dependientes de la Junta de Comunidades y su sector público.

Las ventajas de invertir en eficiencia energética en los centros son innegables en términos económicos y medioambientales

El plan recoge, entre otras actuaciones, la rehabilitación de edificios administrativos para la mejora de la eficiencia energética; la instalación de autoconsumo fotovoltaico para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera; y la sustitución de equipos de climatización y frigoríficos, por los de aerotermia que mejore el sistema de climatización en edificios públicos. En total, el Gobierno de Castilla-La Mancha, tiene previsto realizar en la región 94 proyectos de mejora; actualmente, ya se están ejecutando el 90%.

Otro ejemplo es la Comunidad de Madrid, que está dedicando 18,4 millones de euros en diferentes acciones para mejorar la eficiencia energética de las residencias públicas y de gestión indirecta con las que cuenta la región.

En lo referente a las residencias de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS) se han realizado, durante el año 2023 y durante este año, varias actuaciones en eficiencia energética que superan los 7,8 millones de euros de inversión.

Las actuaciones sobre las nuevas acometidas de gas natural suponen la eliminación de combustibles menos eficientes, como son el gasoil o el propano a favor del gas natural. Estas mejoras se han llevado a cabo en las residencias públicas, gracias a una inversión de casi 2,5 millones de euros. También se han mejorado los aislamientos, como la sustitución de ventanas o mejora de fachadas en varias residencias por valor de casi 5 millones. Por otra parte, se ha procedido a la sustitución de los ascensores hidráulicos por eléctricos, porque estos ascensores disminuyen el consumo de energía eléctrica. 

Además, las nuevas instalaciones fotovoltaicas instaladas en las Residencias de San Martín de Valdeiglesias y Torrelaguna con más de 90.000 euros de inversión entre ambos centros, posibilitan una disminución de hasta un 30% del consumo eléctrico de estos edificios.

En cuanto a los trabajos llevados a cabo por la Dirección General de Atención al Mayor y la Dependencia, que ascienden a más de 10 millones de euros, en recientes ejercicios, han consistido en la sustitución de la climatización y la calefacción de diversos dispositivos de gestión indirecta que se encontraban obsoletos por sistemas más eficientes y menos contaminantes. Asimismo, se está destinando más presupuesto a la instalación de placas solares en distintos centros de la región.

 Son muchas las comunidades autónomas que están remando en una dirección positiva hacia la eficiencia energética. No obstante, el sector se queja de que no todas las administraciones han sabido aprovechar y hacer llegar las ayudas económicas para que las empresas puedan dar un paso óptimo. Según expresan, hay comunidades que han facilitado el acceso y han apoyado la transformación y otras que ni si quieran han dado la oportunidad.

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