CleceVitam Daurada y Ponent han elaborado un plan anual de intervenciones para aliviar o retrasar en la medida de lo posible los síntomas asociados a diferentes enfermedades neurodegenerativas, crónicas o al deterioro cognitivo, para favorecer el bienestar de las personas mayores, así como impulsar el envejecimiento activo de sus usuarios.
Este plan, de CleceVitam, contempla diversas áreas en favor del residente, incluyendo la aplicación de terapias no farmacológicas, actividades multidisciplinarias sin el uso de fórmulas químicas que buscan fomentar la estimulación cognitiva, las capacidades físicas, emocionales y sociales de las personas mayores.
Algunas de las más conocidas son el ejercicio físico, la reminiscencia, la roboterapia e incluso algunas técnicas multisensoriales. No obstante, estas terapias pueden ser muy variadas. De hecho, la entidad ha apostado por todas ellas, pero también por otras técnicas más sencillas, que son utilizadas en el sector de la atención personalizada por su capacidad de mejorar los resultados al adaptarse a las necesidades y a la realidad de las personas.
6 terapias no farmacológicas menos conocidas, pero beneficiosas
Terapia realista
Dirigida a personas mayores de 60 años con demencia. Se realiza a través de la foca Nuka (Roboterapia), un robot con inteligencia artificial y cinco sensores (luz, tacto, movimiento, temperatura y sonido), que permite trabajar diferentes áreas como las emociones, la exploración y el descubrimiento; y tiene la capacidad de proporcionar estimulación sensorial y emocional. Su uso en personas con demencia ayuda a reducir las alteraciones neuropsiquiátricas, como la sintomatología depresiva, la agitación y la apatía.
Arteterapia
Es una terapia que utiliza el arte como una herramienta de comunicación y expresión para recuperar o mejorar el estado emocional y social de las personas. Se realiza a través del abordaje de una temática, que cambia en cada sesión, y se pide a los residentes que dibujen, pinten, recorten, etc., todo lo que se les ocurra con los materiales disponibles. De esta manera se busca estimular las habilidades creativas y la expresividad de cada persona usuaria, y que, al finalizar la actividad, expliquen qué han querido representar con su obra.
Sesiones de cinefórum
Se visualizan películas o documentales que solicitan los propios residentes, y una vez finalizadas, se lleva a cabo un pequeño debate en torno a aspectos técnicos, preguntas dirigidas a gustos personales, sentimientos y emociones. Así se estimulan la atención, la concentración, la memoria, la orientación espacial y temporal, y se favorece el sentimiento de pertenencia al grupo.
Acompañamiento psicoemocional y conversación terapéutica
A través de la conversación y el material visual, se trabaja la vivencia de los malestares y las incertidumbres de la vida. Un ejemplo es la orientación a la realidad en el espacio y el tiempo (Terapia de Orientación a la Realidad, TOR), un tratamiento recomendado para trabajar la agitación y la angustia presentes en el Alzheimer y las demencias, y que permite reforzar la armonía de las esferas cognitiva, emocional y conductual.
Laboraterapia
Son un conjunto de actividades productivas para mantener, desarrollar y potenciar las capacidades funcionales, cognitivas y sociales del usuario, a través de la realización de costura, ganchillo, macramé… Con esta terapia se pretende trabajar diferentes habilidades motoras, como la motricidad fina, la coordinación y la pinza; las habilidades intelectuales, como la atención y la concentración, así como las gnosis -las capacidades del cerebro para reconocer información previamente aprendida mediante nuestros sentidos, como pueden ser personas, lugares u objetos-.
Charlas y talleres de psicoeducación
Son actividades que tratan diferentes aspectos interrelacionados con la etapa vital de la vejez, con una mirada respetuosa, integradora e interdisciplinaria, con el objetivo de aportar valor y aprendizajes compartidos. Algunos ejemplos son la salud, las habilidades sociales, las emociones, el amor, el deseo, la sexualidad y el duelo.
En conclusión, las terapias no farmacológicas impactan positivamente en la calidad de vida de las personas mayores, con o sin patologías, y devienen un complemento a los tratamientos farmacológicos, ya que su objetivo no es otro que promover un envejecimiento activo y contribuir a retrasar el posible deterioro cognitivo y funcional que pueda afectar su vida diaria.
